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Mostrando entradas con la etiqueta Smile. Mostrar todas las entradas
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22 de agosto de 2011

Me diste ganas. De decirte tantas cosas que sabés, pero que a veces, uno las deja olvidadas o guardadas en el sótano de la cabeza.

Este año es el comienzo. Este año es un libro nuevo. Nuevos comienzos, nuevas experiencias, nuevas sensaciones, nuevas amistades.
Locura. Tiempo. Frenesí. Dudas. Llantos. Risas. Frustración. Excitación. Rebeldía. Nostalgia. Extrañar. Sorpresa. Angustia. Desesperación. Comienzos. Finales.
¿Cuántas palabras más podría agregar que describan esta nueva etapa?

El cambio fue brusco. Nadie nos preparó. Vos, abstraída en ese mundo nuevo de una universidad que parece hecha para vos, donde encajás perfectamente, por más que me vayas a decir que exagero, o que tampoco para tanto. Yo, perdida esta primer mitad del año, y empezando esta segunda con muchas ganas e ilusiones, aunque no lo voy a negar, un poquito cagada también.

Y no te veo tanto como quisiera. Ayudan los números amigos de Personal, claramente, pero no es lo mismo. Te necesito tanto como desde el primer día en que te conocí.

¡Ahora estamos tan lejos..! Y no es solo la distancia geográfica, que por cierto, es muy molesta. Cada una está en la suya, con otras preocupaciones, vidas demasiado diferentes.
Y te extraño, y a veces me da miedo perderte. Que conozcas gente más copada que yo. Más inteligente que yo. Más capaz que yo. Que te entiendan la letra mejor que yo.

Pero entonces me acuerdo que estás en mi vida hace tan solo 2 años y medio. Recién hice la cuenta e incluso pensé que iban a ser más.
Y me pregunto como era mi vida antes de tenerte. Y no me acuerdo. Porque siento que te conozco desde siempre, que te conozco en todos los estados, con el pelo despeinado, con el maquillaje corrido, eufórica a más no poder, en un recital, en una prueba, tirada en la cama comiéndote mis barritas de arroz y mis cereales rellenos.

Y miro ese cuadrito tan lindo que me regalaste y pienso en esas 4 fotos, en los momentos que significan. No puedo creer que hayas estado en tantos momentos que me marcaron a fuego.

Entonces pienso Ani, que nada en esta vida es casualidad. Pienso en todo lo que podría haber pasado para que no nos conociéramos, y me sorprendo que lo hayamos hecho. Me sorprendo de la suerte que tuve de haberte encontrado, mi media naranja, quizás mi amiga más reciente y aquella que más me entiende, que más me conoce.

Por más que ahora vayamos por distintos caminos, por más que parezca injusto que no podamos vernos tan seguido como quisiéramos, no te olvides que un día la vida nos juntó, decidió que nuestras vidas debían cruzarse e inevitablemente entrelazarse tan fuerte y rápidamente que no somos conscientes siquiera de lo inusual del proceso.

Imposible que queriéndote tanto, sabiendo que si no sos mi hermana entonces casi que sos un pedacito de mi, pueda dejar que te alejes de mi vida alguna vez.

5 de junio de 2010

El fondo de mi Chrome me inspira

No se, de repente entre y vi al hombrecillo sentado en la nube y lo envidié. Lo vi tan pancho, tan relajado. Flotando sobre esa nube, los brazos extendidos. Hundiéndose en el algodón, rodeado de estrellas y un cielo celeste. Si, estoy segura que el hombrecito que vive en el fondo de mi Google Chrome no tiene ningún tipo de preocupación.

Y yo quisiera eso, ando necesitando eso.
Debo admitir que ayer por un momento me sentí así. Estaba acostada al lado del chico que quiero con todo mi corazón, lo mire, y me sentí así.
Andaba con muchas preocupaciones en la cabeza, todo me parecía un problema de difícil solución.
Y de repente entendí que insignificante es todo. Lo vi al hombrecito de mi Chrome y supe que era lo que me había pasado el día anterior.
Yo quiero un lugar de paz, un lugar donde pueda cerrar los ojos y dejarme llevar. Flotar a la deriva, en el mar, en el cielo, o algún lugar que se le parezca.
Lo que a veces cuesta entender es que si solo miramos con atención, nuestros oasis están cerca.
Hay que buscarlos. A veces los encontramos por casualidad, algo nuevo que nos gusta y nos separa del mundo.
Pero también hay cosas tan simples, una canción, un paseo, un baño de espuma, la sonrisa de alguien a quien amamos, mirar el techo; es en los pequeños detalles que nos arrancan una sonrisa donde podemos refugiarnos.
Es importante no perderlos de vista. Tenerlos presentes, cuidarlos. Saber que nuestros oasis están allí para nosotros, esperando nuestra vuelta. Y una vez alli, dejar todo de laod. Concentrarnos en el momento, en el instante presnete. Borrar todo absolutamente todo lo que sobra.
Y flotar, como el hombrecito de Google. Porque aunque no podamos volar entre la estrellas, es posible encontrar algo que nos haga sentir que estamos en el cielo.

17 de marzo de 2010

Vida propia

Por la ventana la ciudad resplandece.

Ese viento cálido de verano golpea mi cara y me despeina sin pudor. Nada me importa.

Mis ojos absorben las luces de las farolas, la noche de Buenos Aires despertando una vez mas.

Resulta hipnotizante.

Una procesión de gente, autos, cafés, todo resulta encantador, tan naturalmente perfecta y sin saberlo.

Demasiada gente.

Abarrotada en las esquinas, esquivándose en las veredas, atrapada en sus autos.

Y sin embargo por la noche todo tiene esa atracción misteriosa y ese no se que inexplicable.

El colectivo avanza rápido pero llego a distinguir a dos mujeres cruzando la esquina. Una pareja besándose en la parada del colectivo y un perro ladrando sin parar.

De repente noto el peso de la inmensidad en la que me encuentro. ¿Cuántas historias escondidas esperando a que alguien las descubra? Y quizás, nunca nadie lo haga.

Todos los secretos, las dudas. Tanta gente en silencio, desconocidos que se miran sin mirarse, piden permiso para pasar y perdón al chocarse.

Siento que me estoy perdiendo algo.

Llego a mi parada, toco el timbre y me bajo. Mi casa me devuelve a mi realidad. A mi vida propia, esa que es tan solo mía y que transcurre en mi cabeza, tanto en recuerdos como en ilusiones.

Pero hoy vuelvo a mirar por la ventana de mi aula. Me apoyo en el borde, sacando la cabeza para afuera.

Todavía siento los murmullos, los gritos, las risas de los chicos en el aula. Un pedacito de mi vida.

Pero también escucho el motor de los autos y la sincronización de la marcha sobre Avenida Libertador. No es solo eso.

Mis oídos pueden elegir en que enfocarse, pero mis ojos se inundan con los colores, la velocidad, los arboles. Una cancha de futbol a lo lejos y casas, casas y mas casas.

De repente lo entiendo todo. Mi obsesión con mezclarme con las masas, con despegarme de mi vida propia y sumergirme en el paisaje abstracto.

Resulta mas fácil disminuir nuestros problemas cuando somos parte de un todo.

En esta ciudad, en este mundo, soy parte de un todo. La inmensidad del conjunto arrasa con mi individualidad sin dejar rastro alguno.

Y uno entiende finalmente que nuestros problemas dejan de tener tanta importancia. Pasan a un segundo plano, o hasta a un tercero.

La energía se comparte y ya no estamos solos. Nuestros lazos se hacen visibles, nuestra condición de seres humanos nos ata los unos a los otros inevitablemente.

Uno mas uno mas uno no es lo mismo que tres. Ser parte del tres me hace sentir mas fuerte.

Porque cuanto mas ajustamos el microscopio, mas preocupante resultan ser las fallas. Ma es la desesperación y la angustia que nos invade.

Y si solo miro por la ventana, consgio seguir siendo parte de algo tan poco y muy perfecto.

Consigo dejar de lado todo aquello que perturba mi cabeza, dejarme llevar y vagar mi mirada entre los autos, las nubes y las casas.

Y en mi mente, todo parece volverse blanco por al menos un momento. Todo parece achicarse y vovlerse irrelevante.

Y por al menos un ratito todo lo que hasta hace un segundo parecía a punto de volverme loca, se contrae, se vuelve un punto tan pero tan diminuto que a simple vista, no se logra ver.

9 de noviembre de 2009

Potuficucismo Hippie

Click.

En un cerrar de ojos lo entendí.

Respiré profundo y sonreí. Por fin había logrado encontrar la clave.

Es verdad, me había costado tocar fondo para llegar a este estado.

Todas esas charlas hicieron finalmente efecto en mí.

Abrí los ojos. Me cayó la ficha.

Llegué a un punto, donde ya no me divertía mi propio juego. Un momento donde era necesario decir basta, donde era necesario parar con esta locura.

Porque cada vez que estoy triste, cada vez que lloro desconsoladamente, que me desespero, cada una de esas veces fueron el diluvio universal.

Y me canse de que llueva tanto.

Me cansé de estar siempre esperando algo más, de necesitar siempre algo más.

Y ser una puta egoísta, siempre quejándome por todo, rezongando porque mi vida es una mierda, porque no tengo lo que quiero, porque no lo tengo a él, porque las cosas no me salen como yo quiero, porque no tengo la cara que quiero, el aspecto que quiero, los padres que quiero.

Y sin embargo.. Tengo tantas otras cosas maravillosas que siempre esperé, y ahora no soy capaz de valorar. Cada día soy capaz de despertarme con una sonrisa, teniendo motivos para hacerlo. Y en vez de disfrutar de esos motivos, me concentro en lamentarme y deprimirme por todo lo que no consigo y así, arruinarme el día.

Que actitud mas tonta..! Que pedazo de pelotuda!

Me cansé, me cansé de mis constantes subibajas emocionales, de mis arranques de furia, de llanto, de locura. Me cansé de guardarme tantos pensamientos malos, de ser tan negativa conmigo misma.

Y en este momento tengo tan claras las cosas, me resulta tan fácil, que irónicamente, no paro de pensar en cuanto me durará.

A partir de ahora, voy a cambiar. Depende de mí y esta vez realmente quiero cambiar, porque si no cambio voy a entrar en un pozo demasiado profundo.

Es cuestión de dejar de pensar. Los pensamientos pesimistas no hacen mas que atraerse entre si, y la verdad es que cuando estoy feliz me siento tan bien, tan cómoda, sonriendo, haciendo chistes, y la respuesta de los demás responde a mi actitud. Entonces no tiene caso.

Yo creo en el destino, creo en esa ida y vuelta de la vida. Y si las cosas pasan o no pasan, por algo es. Si soy así, con estas características, si mi vida tomó cierto curso, hay una razón por la que sea así. Y lo he comprobado varias veces.

Entonces, no queda más que tener esperanzas, que tarde o temprano, lo que me falta va a llegar. Si tiene que ser, será.

Y si en este momento hay cosas que me disgustan, pero no las puedo cambiar, tengo que preguntarme si realmente es necesairo sufrir o si puedo vivir con ellas. Y la respuesta es que si quiero, puedo vivir con ellas, tan solo mirando para otro lado, tan solo focalizandome en disfrutar del día a día, de las cosas que tengo.


Potuficucismo: Dicese de la actitud en la que la persona adopta una actitud frente a la vida confundiendose entre un potus y un ficus. No piensa no siente, solamente absorbe la energia positiva del sol, del agua, del aire, de la tierra.

Dicese de las personas felices.


Quiero dejar de planear el futuro, dejar de pensar en los “que pasaría si...”, dejar de lamentarme por lo que no tengo, dejar de intentar entender cada aspecto de mi vida.

Simplemente, relajarme y dejar todo fluir.

La vida es tan linda si estamos dispuestos a dejarla ser..!

Y espero Ani, poder contagiarte mi energía. Estoy segura de que solo es cuestión de tiempo que finalmente estés dispuesta a ser una potuficúsica con todas las leyes. Porque es mas fácil sufrir, es mas fácil quejarse, es mas faicl llorar y caer caer y caer.. es mucho mas fácil seguir asi, que levantarse y pnerse de pie, hacerle frente a la vida y decir simplemente si, quiero ser feliz, quiero dejar de preocuparme, dejar de sufrir, quiero sacarme todo este peso que llevo encima.

Simplemente si, ya es hora de cambiar.

18 de septiembre de 2009

Media pila che

Por lo que me parece, habíamos quedado en que esto era un Diario, y de diario no tiene nada; porque tanto mi adorable compañera como yo, nos hemos colgado de un pino con nuestras vidas llenísimas de emociones y aventuras, de corazones recontra satisfechos y jornadas de trabajo incansable en esta época en que los colegios aparecen nomás en las películas blanco y negro. (Cabe remarcar que alta ironía esto pero nos da paja postear lectores, más de la que a ustedes les da leer).
Siguiendo con mi propósito, me comprometo, por lo menos de mi parte, a hacer de este blog un verdadero diario.. Quizá nos saltearemos un par de días, quizá escribo hoy y en un año digo "oh!" y me acuerdo del Diario de las Desveladas, pero no importa. Hoy estoy al pedo y tengo ganas de hablar un cachito.
Así que brevemente los pongo al tanto de lo que me preocupa hoy en día...
...
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ah naa
naa, es joda
increible esto
Yo, Ani la problemática, Ani la busca quilombos, Ani la insatisfecha, estoy bastante contenta.
Para, para.
Tampoco que salto por las calles cantando I'm singing in the rain, pero estoy de buen humor hace un tiempito y me está durando. Tengo que exprimirlo al máximo, porque conociendome, esto puede darse vuelta en cualquier momento.. Pero no la yeteemos. Voy a aprovechar estos días, en que lo que quiera, haga o piense El Pibe del Momento (ya aparecerán otros próximamente.. espero) me resbala treinta veces por la gomina de Luis Miguel; estos días en que las bellas melodías que emergen de las voces celestiales de mis viejos cagandome a pedos sin razón alguna pasan por al lado de mis orejas, las rozan, casi casi y oooooleeeeeeee le dan para el otro lado; entonces Ani sigue con una sonrisita en la cara. Estos días en que estar con amigos, cagarse de risa, escuchar sus historias, tratar de aconsejarlos, conocerlos y quererlos, son de las mejores cosas que puedo hacer, y son, efectivamente, las cosas que hago.
Por eso, les cuento que hoy en día, estoy sonriendo. La semana pasada me la pasé llorando, estoy sensible como si Andrés me visitara día por medio, y sigo así! Pero esta semana es distinto. Después de las lágrimas viene la carcajada. Y eso es sano, re sano. Hace más que bien a un alma acomplejada.
Así que me voy a exprimirle el jugo a mi alegría y a ver si me da un poquito de sueño después de la siestita de cuatro horas que me torre a la tarde.

Au revoir gente! ojala les contagie un poquito de buena onda, que no viene mal cada tanto...